Este era un sabio anciano que vivia solo en las montañas con su maquina de escribir y su tocadiscos, en su juventud había sido escritor, amante de todos los generos musicales, desde un clásico jazz hasta los mejores hits de metal, era un anciano interesante que perdió la visión y solo le quedaba el recuerdo de lo que vivio, porque hasta la ilusión de vivir habia perdido, nunca se le cruzo la idea de suicidarse pero probablemente no estaba muy lejos de considerarlo. Era uno de esos días en los que este anciano salia de su cueva y se dirigia a la ciudad.
Con frecuencia una chica le hacia las compras, asi el no debía cargar con todo esto ni pasar por la dificultad de tomar los artículos adecuados pero el viejo amaba tomar un buen wisky, una copa de vino, o un trago de ron puro, asi que en ocasiones salía de su casa, tomaba el metro y se iba de compras, llevaba su baston guía y un bolso para llenar de su dulce veneno.
El viejo había sido un escritor legendario, se había paseado por el mundo, había tenido las mejores experiencias, pero tambien las peores, habia amado, odiado, sido pobre, millonario, habia estado rodeado de personas pero cuando perdió la vista también el publico dejo de verlo, nadie mas supo de el y vivio el anonimato.
El viejo de las montañas no tenia problema saliendo a la ciudad, ni cruzando la calle, ni subiendo a los metros correctos, ni comprando sus licores preferidos, ni pagado de mas o de menos, ni cargando con sus compras, pero no era feliz, en el fondo ver el mundo era lo que lo llenaba y un dia sin previo aviso dejo de ver, ya no habían colores, luz, sorpresas, belleza, lectura o cambio de rutina, en su vida debía ser todo igual y aunque no sufria del todo porque seguía amando las mismas cosas, sus mismos licores, misma ropa, mismos caminos, aun asi siempre amo mas la libertad de poder cambiar algún detalle de su dia y a aveces aun lo recordaba, ya hacia 10 años que había perdido su don y no tenia ninguna ilusión se recuperarlo.
La visión es muchas veces menospreciada, la consideramos una normalidad, pero te da el angulo completo de la situación, sin ella ves mas pero entendes mas lento…
El viejo regreso de hacer sus compras y se encontró con los sonidos habituales de la chica que le hacia las compras cada semana, esto le alegraba un poco porque podrían hablar un rato y asi moria mas lento, quería vivir mas.
La chica era joven, podría tener 17 años, le hacia las comprar para completar sus horas sociales requeridas por la escuela para obtener su diploma. Nancy era blanca, con pecas, ojos de color miel, peliroja, muy pequeña, delgada, muy en forma, manos delicadas, voz dulce, timida pero con carácter, el viejo le tenia cierto aprecio porque eventualemente tenían ciertas breves conversaciones y le ayudaba a limpiar la casa, esto le tranquilizaba, la chica lo admiraba un poco, ella sabia quien era el, había escuchado sobre el en un par de artículos de internet, pero no era fan, simplemente le parecía un viejo bueno, que después de una vida hechada a perder alfin había encontrado la paz, aunque seguramente el viejo no estaría de acuerdo con este pensamiento.
El viejo saludo a la entrada de su casa con alegría y la chica pregunto que donde andaba.
---Hoy hace lindo dia, me alegra que vinieras, pon el vinil que quieras y siéntate, descansa, platicame un poco de ti, como es la juventud hoy en dia--- dijo el anciano mientras se sentaba en su sofá y se ponía comodo.
A la chica le hacia gracia como intentaba ocultar el licor con una actitud de interés, a ella no le importaba mucho si bebia o no pero le gustaba decirle que no era bueno para su salud para que talvez le picara algo en la consciencia cada vez que bebiera, aunque sabia que no resultaba, que el ya tenia viejas mañas propias de su edad, asi que puso el primer vinil de música clásica que encontró y se sento en la sala con el.
El viejo esperaba escuchar algo que le regresara a la vida, asi fueran mil cosas que probablemente el no entendería de la actualidad, de la tecnología, de la evolución de la sociedad, o de situaciones de jóvenes sin sentido, el solo quería escuchar una voz refrescante y revivir su propia imaginación, esa misma que antes le habrían llevabo a su siguiente libro.
---Señor Jack, sabe que no debería beber, no le hace bien a su salud, no se haga mal--- dijo la chica sentándose muy comoda con ambos pies sobre el sofá frente a el.
---Hay niña, ya no importa, te invitaría un trago con migo pero es muy inapropiado, lo que pasa es que cuando estoy solo toda la semana, no tengo ninguna voz que me recuerde que aun vivo o que el mundo sigue y entonces con un vasito de wisky puedo dormirme en mis recuerdos y pienso que aun giro con el universo y entonces vivo contento unas horas mas, de todos modos, a este viejo no le vendrá la muerte pronto todavia, que se mueran los feos, yo soy viejo pero aun no me toca morir--- dijo el viejo de las montañas, con el mejor humor que pudo, que además era muy clásico de el, nunca se le veia sin una sonrisa, o una canción en la boca.
---Señor Jack, no diga eso, ud no necesita un wisky para transportarse a otro mundo, ud es un artista, el wisky solo lo diluye y lo pierde---
---Primero señorita, no me digas Señor que me siento viejo y yo estoy bien bambino todavía, segundo es eso, esque quiero diluir esta vida para pintarme otra y tercero te repito que yo no me muero todavía, que se mueran los feos, a mi no me toca aun--- dijo Jack muy serio y relajado.
---Esta bien, ¿Jack entonces? Y ¡si si, claro! ¡por supuesto! Ud es un joven muy apuesto, pero cuénteme entonces ¿que vida quiere pintar?--- respondio la chica ocultando su risa y seguiendole el juego.
---Una con colores, con besos y cariño, con voces cada dia, con desayunos calientitos, con bailes románticos cada luna llena, con cumpleaños que recordadar, con la chimenea encendida en invierno, junto a una taza de chocolate y un libro, con visitas sorpresa, con rutinas inútiles, improvisación y talvez alguien con quien diluir la realidad y recordar juntos mientras suena el vinil de cuando nos conocimos y la invito a bailar juntita a mi--- dijo el perdido ya un poco en mi mismo.
---Perdon la pregunta, pero… ¿ud es viudo?--- respondio Nancy ante la sensibilidad de Jack.
---Niña, aveces también se recuerda lo que se deseo, pero si que la ame, la desee, la imagine… la imagine tanto que es parte de mis recuerdos…--- sonrio Jack mientras levantaba un poco su vasito de wisky y hablaba.
--- ¿Cuál era su nombre? Digo, sino es muy impertinente---
---Bastante impertinente señorita, pero no quiero que me escondas el wisky, asi que le dire--- respondio Jack haciéndose el gracioso victimoso.
--- ¡Ay Jack! Que nunca lo escondi, solo lo guarde en la cocina y ya le dije que lo siento porque olvide decirle--- respondio la chica riéndose
--- Esta bien, por hoy esta bien, pero en ese caso no lo vuelvas a esconder--- repitió haciendo seriedad.
---Bueno, esta bien ¡pero para ello, deberá decirme todo sobre la muza de sus wiskys! Sino Jack, ¡esta vez me los llevo con migo!--- respondio ella imitando seriedad.
---Esta bien, esta bien, ud gana, ¡cuanta maldad en una voz tan dulce! Pero esta bien, asi es la vida, le contare señorita--- respondio haciéndose la victima y apoyando su vaso en la mesa de centrode la sala.
---Hahaha, perfecto Jack, ud ha tomado la decisión correcta--- dijo Nancy jugando aun su rol
---Pues eso espero señorita---
---Asi es, solo que… por hoy se ha salvado, porque debo irme, voy en retraso ya, me encantara escuchar sobre esta musa la próxima semana, debo correr, cuídese mucho y no beba…tanto. Deje sus platos favoritos en el congelador, buen provecho para toda la semana--- decía Nancy mientras se abrigaba y corría de un lado a otro tratando de revisar si no había olvidado nada.
---Adios niña, no olvides recordar lo que sueñas, nos vemos pronto y por favor deja mi wisky ahí mismo--- se despidió Jack.
Comments